Cada uno se refiere a un tipo diferente de contenido, pero tienen en común el hecho de ser acciones encaminadas a un objetivo y que podemos situar, sin ninguna duda, en el apartado del «saber hacer)), o sea, en los contenidos procedimentales, aunque aceptando que las diferencias son lo bastante notables como para que cons- tituyan subgrupos claramente diferenciados. / Diferenciación de los diversos tipos de contenidos procedimentales. Parámetros para su clasificación , Diferenciar los diversos tipos de contenido según su naturaleza no es un afán academicista, sino algo que conviene en la medida en que nos permite inferir cómo se aprenden y, consecuentemente, nos orienta sobre cómo podemos enseñarlos. Valls (1990) identifica una serie de contenidos procedimentales y las característi- cas que les han sido atribuidas por distintos au'tores. Las diferencias entre unos y otros son sutiles y dependen frec'uentementede los distintos enfoques adoptados; a la vez, es difícil encontrar un consenso en el significado de cada uno de los tér- . I mlnos. No es el objetivo de este libro ir más allá en la definición de lo que debe en- tenderse por técnica, método, habilidad, estrategia, o cualquiera de los otros tipos de contenidos procedimentales. En cambio, sí que creemos que sería conveniente intro- ducir unos parámetros que nos ayudasen a situar los distintos contenidos procedi- mentales en relación con algunas de las características que los definen. Esto nos per- mitirá profundizar en la peculiaridad de estos contenidos y, a la vez, relativizar la adscripción de un contenido procedimental concreto a un término o a otro. Veremos que muchas veces no hay límites estrictos que permitan diferenciar claramente entre lo que es una técnica, un método, un algoritmo o una destreza. Con un objetivo fun- damentalmente esclarecedor, a la vez que relativizador, intentaremos comparar con- tenidos procedimentales, situándolos en distintos grados o puntos de unos mismos parámetros o coordenadas. Si nos fijamos en aquellas cosas que hay que «saber hacer)): leer, dibujar, obser- var, calcular, clasificar, traducir, recortar, saltar, inferir, pinchar, etc., veremos que podemos situarlas en dis~intos ~ugares de tres líneas continuas. Por una parte, podemos establecer el «contínuum)) motriz/cognitivo, que daría cuenta de la medida en que un contenido procedimental muestra una vertiente más inclinada hacia capacidades motrices o, en el polo opuesto de la misma línea, una vertiente decididamente cognitiva (figura 1). Ha de quedar claro que se trata de un «contínuum)) y que, efectivamente, podemos encontrar un mismo contenido proce- dimental donde las vertientes motriz y cognitiva se encuentran presentes a la vez. De los contenidos que hemos 'nombrado podríamos situar en distintos lugares de esta línea continua saltar,.recortar, pinchar, más cerca del extremo motriz, e inferir, leer, traducir, más cerca del cognitivo. Un segundo eje estaría determinado por el número de acciones que intervienen en la ejecución de un contenido procedimental (figura 2). Así, tendremos unos con- 91

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