ponentes conceptuales, procedimentales y actitudinales. Podremos ser más o menos conscientes de,ello, o su enseñanza será intencionada o no, pero en cualquier caso, en el momento de aprender estamos utilizando o reforzando simultáneamente con- tenidos de naturaleza conceptual, procedimental y actitudinal. Esosí,siempre que los aprendizajes no sean puramente mecánicos. En las unidades de programación o didácticas y en las secuencias de activida- des se trabajan, se refuerzan y, por tal(lto, se aprenden a la vez contenidos de dife- rente naturaleza. Conocer la especificidad de su aprendizaje según su tipología debe permitimos, en situaciones complejas de enseñanza/aprendizaje, fijamos en las ca- racterísticas de las distintas actividades que componen estos procesos y la incidencia que cada una de ellas tiene en el aprendizaje de los distintos contenidos que se tra- bajan. Qué entendemos por contenidos procedimentales Un vistazo a los cóntenidos conceptuales nos revelará que, bajo e?ta denomi- nación, encontramos contenidos que tienen características diferenciales bastante notab1les, de modo que éstos se pueden clasificar a la vez, y así es cómo se distribu- yen en el marco curricular, en tres grandes subgrupos: los hechos, los cbnceptos y los sistemas conceptuales o principios. Los contenidos actitudinales se distribuyen tam- bién en tres grandes subgrupos: los valores, las normas y las actitudes. En cambio, para los contenidos procedimentales no se ofrece ninguna subagrupación. Esta falta ha hecho que en estos momentos haya un cierto desconcierto y que diferentes au- tores sitúen fuera de este apartado contenidos que comportan acciones o «saberes hacen) (especialmeílte los de orden más elevado). En nuestra opinión, como ya hemos dicho, la clasificación de los contenidos de aprendizaje en estos tres grandes grupos tiene una gran potencialidad pedagógica. El hecho de poder distinguirlos de un modo bastante sencillo, pero a la vez con suficiente entidad, y no por la forma tradicional en que normalmente se han distribuido los contenidos -según pertenezcan a disci- plinas oasignaturas-, sino en un enfoque que prioriza la visión global de la persona en relación con lo que es, hace y sabe, permite abordar el análisis de cómo se apren- de y cómo debe enseñarse utilizando unos instrumentos generalizables, lo cual per- mite extender este conocimiento más general al análisis y tratamiento didáctico de los contenidos de todas las áreas o disciplinas. Un estudio detenido sobre cómo se aprenden los contenidos,' según sean con- ceptuales, procedimentales o actitudinales, nos permite dar cuenta de que existen elementos comunes para cada una de las tres tipologías. Hemos aprendido de forma distinta lo que sabemos, lo que sabemos hacer y lo que nos hace actuar de un cierto modo. El que nos hayamos fijado en esta distribución y en su aprendizaje nos hace dar cuenta que hay unas diferencias pero también, y esto es lo más importante, que hay unas semejanzas. Estas dinerencias y semejanzas son lo que más tarde puede per- mitimos extraer conclusiones, que podremos hacer generales a todas las áreas de en- señanza, de modo que, con un mismo instrumento de análisis, es posible iniciar pro- puestas que sean aplicables, en sus aspectos más generales, a las didácticas específicas. 7
