Presentación Antoni Zabala El «saber hacer» como contenido de aprendizaje La escuela que ha pretendido la formación integral del alumnado, ha contem- plado la necesidad de incidir en todas las capacidades de la persona. Para alcanzar estos fines ha sido necesario trabajar en el aprendizaje de una serie de contenidos de distintas características. Así, en la enseñanza han sido objeto de aprendizaje cono- cimientos diversos (nombres de los paises de los distintos continentes, los aconteci- mientos históricos de mayor importancia, los modelos interpretativos del mundo na- tural, etc.); habilidades, técnicas y estrategias (leer, escribir, calcular, medir, describir, analizar, etc.); y se ha pretendido que el alumno adquiriese unos comportamientos determinados (solidaridad, tolerancia, respeto hacia la naturaleza, etc.). A este conjunto de aprendizajes que dan respuesta a la pregunta «¿qué debe enseñarseb) los denominamos contenidos de aprendizaje, en la terminología utiliza- da últimamente. Este término incluye todo lo que es objeto de aprendizaje en una propuesta educativa. En cierto modo, esta definición contradice el lenguaje común utilízado actualmente por la mayoría del profesorado, que asocia contenido con conocimiento o saber, de modo que decimos que un curso está muy cargado de con- tenidos cuando existen muchos conocimientos que deben memorizarse. Así pues, si consideramos como contenidos de aprendizaje no sólo aquello que hay que conocer o saber, sino además todo lo que también es objeto de aprendizaje en la escuela, nos encontramos con contenidos de aprendizaje de naturaleza muy diversa: nombres, ha- bilidades, acontecimientos, comportamientos, etc. Realizar una tarea educativa lo más consciente posible requiere disponer de ins- trumentos interpretativos que nos permitan conocer los procesos de enseñanza! aprendizaje que llevamos a cabo. Uno de los medios que nos puede ayudar en esta tarea es el análisis de los distintos contenidos según unas características comunes de- terminadas. Existen muchas maneras de clasificar los contenidos de aprendizaje (Bloom, Tyler, Merrill, entre otros) y cada una nos ofrece una forma de entender mejor su naturaleza y, por tanto, ideas que pueden ayudamos a comprender mejor el modo en que se aprenden y cómo se pueden enseñar. Una de las formas de clasificar los contenidos de aprendizaje es la que realizó M.O. Merrill (1983), recogida por César ColI (1986) y adoptada por los currículums oficiales, en la cual se establece una distribución en tres grandes grupos: los conte- nidos conceptuales, los contenidos procedimentales y los contenidos actitudinales. Esta clasificación, aparentemente sencilla es, sin embargo, de una gran potencialidad pedagógica, ya que diferencia claramente los contenidos de aprendizaje según el uso que de ellos debe hacerse. Así, habrá contenidos que hay que «saben) (conceptuales), 5

Cmo trabajar los contenidos procedimentales en el aula  Antoni Zabala coord - Page 7 Cmo trabajar los contenidos procedimentales en el aula Antoni Zabala coord Page 6 Page 8