En nuestro mundo llevamos desde los años 40 del siglo pasado asistiendo a la observación de miles de objetos que, por su trayectoria, velocidad, maniobras, etc., son difíciles de clasi昀椀car como objetos volantes normales, tal que aviones, por ejemplo, pues dada la tremenda velocidad de los mismos y otras características observadas, los hace inclasi昀椀cables y, se les denominó como objetos volantes no identi昀椀cados, OVNIS, por sus siglas. Ha habido una gran controversia acerca de su origen: si proceden de otros planetas o, pudieran ser fenómenos anómalos de la naturaleza, armas secretas de alguna nación, prototipos de aviones, etc. Los gobiernos se han puesto de acuerdo en a昀椀rmar que no son naves espaciales de otros planetas, pues proclaman que no hay ninguna prueba que haga con昀椀rmar ese hecho. Personalmente, creo que ha habido y hay una política de encubrimiento del fenómeno y, de silenciamiento de sus manifestaciones. Es decir, en la actualidad, apenas se publica alguna noticia sobre el fenómeno y, siempre sembrando la duda y negando cualquier posible origen extraterrestre del mismo. La cantidad de avistamientos de OVNIS habidos durante todos estos años, contando desde la observación, en 1947, de una 昀氀otilla de OVNIS, por parte del piloto Kennet Arnold hasta ahora, ha sido inmensa. Los registros sobre el radar del movimiento de los OVNIS a velocidades impresionantes y, ejerciendo maniobras desconcertantes; los testigos oculares de aterrizajes de OVNIS, los miles y miles de fotografías de estos, incluso 昀椀lmaciones; personas que a昀椀rman haber hablado con los visitantes y, algunos que, hasta a昀椀rman haber ido a sus planetas de origen. Pues todo eso, todas las evidencias que pueda haber sobre la existencia de naves exploratorias de otros planetas sobre los países de la Tierra parecen no bastar para llegar a la conclusión más lógica: la de que los mencionados OVNIS, son, algunos de ellos, o, en su mayoría, objetos de procedencia extraterrestre. Hablar sobre el tema de la vida fuera de nuestro mundo, de la existencia de otras civilizaciones en otros mundos es, sin duda, controvertido y atrevido, que cuesta el entrar a investigarlo, dado el escepticismo generalizado que impera. 12

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