Parte II: Naturaleza del ser humano Como ya comenté, todas las áreas de conocimiento llevan a lo mismo. La realidad, la verdad, es un continuo del que ninguna disciplina está separada. Le pongo un ejemplo de una “verdad” o昀椀cial, que algunas disciplinas nos desmienten. Se supone que la Luna es un satélite natural que se formó hace más de 4.500 millones de años, pero resulta que hay muchas referencias históricas que nos hablan de antes y después de que existiera la luna. Aristóteles (384 a. C.-322 a. C.), por ejemplo, nos explica en su Constitución de Tages que los pelasgos, habitantes originarios de Arcadia antes de la llegada de los griegos, tenían derecho a la tierra por el hecho de “estar habitándola antes de que la Luna apareciera en los cielos” (muchísimo más reciente que esos 4.500 millones de años, claro). A causa de esto, los primeros griegos les llamaron preselenos, que quiere decir anteriores a Selena, diosa griega de la Luna. Según la leyenda zulú, sus dioses alienígenas trajeron la Luna a la Tierra para vigilar a los humanos, produciéndose grandes cataclismos, terremotos, inundaciones y cambio en los polos. Varios pasajes de la Biblia hacen referencia al tiempo en que no había Luna. Salmo 104:19 “Él hizo la Luna para medir las estaciones; el Sol conoce el lugar de su ocaso”. Las crónicas tibetanas nos dicen que no había Luna en el cielo en tiempos antediluvianos. Según todas estas fuentes, podría parecer que el diluvio universal, fue producido por la aparición de la Luna. ¿Por qué no se utiliza toda la información para determinar una “verdad”? Unas vías no son excluyentes de las otras. Podríamos ignorar el relato histórico, pero también hay datos técnicos (como su tamaño, su composición y antigüedad, o la órbita que describe respecto a la Tierra) que indicarían que podría ser algo distinto a lo que la ciencia o昀椀cial sentencia como cierto. Hablamos de datos, no de interpretaciones. Esto ocurre con la mayor parte de las verdades que contienen información que sería efectivamente relevante en nuestra realidad y nuestro destino. La ciencia reconoce como cierto lo evidenciable empíricamente o deducible mediante el método cientí昀椀co. Iremos viendo la base real que tiene esto. Eso sí, atendiendo a los propios axiomas de la ciencia o昀椀cial, cuando experimenta algo en primera persona, se convierte en un dato empíricamente demostrado; no habría nada más cientí昀椀co. Por cierto, hasta que no se consiguió ver el átomo, la ciencia consideraba que no existía; pero, sí que existe, ¿verdad? La ciencia ni siquiera puede demostrar la conciencia, pero la de昀椀ne, la otorga y trabaja con ella. 22 23
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